El secreto del rey cautivo(2005)

Novela ganadora del Premio Fernando Lara, 2005.
Editorial Planeta,
Barcelona, 2005
479 págs.

 

 

Edición del CIRCULO DE LECTORES. Abril, 2006.

 

 

 

 

Edición de bolsillo

BOOKET, 2006

 

 

 

A Sinópsis
LA NOVELA SOBRE EL MADRID DE MANUELA MALASAÑA, EL DOS DE MAYO, LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA, 1808, LAS CORTES DE CADIZ, FERNANDO VII Y LOS GUERRILLEROS ESPAÑOLES QUE SE ENFRENTARON AL IMPERIO DE NAPOLEON. UN HOMENAJE EN LA CONMEMORACION DE LOS BICENTENARIOS.

A la muerte de Manuela Malasaña, en los trágicos sucesos madrileños del Dos de Mayo de 1808, el capitán Zamorano es encargado de trasladar una bolsa desde Madrid a su regimiento asentado en Extremadura y entregarla al teniente coronel Díaz Porlier. Le acompaña Sartenes, un preso de la Cárcel de Casa y Corte que ha sido liberado para combatir a los franceses y pronto se les suma una bordadora amiga de Manuela, Teresa. El contenido de la bolsa es de la máxima importancia para el rey Fernando VII: nada menos que las claves para descubrir, recuperar, custodiar y devolver las muchas riquezas de su patrimonio real.
La invasión napoleónica obliga a los protagonistas a formar una partida de guerrilleros que, a lo largo de la Guerra de la Independencia, combate a las tropas francesas. Pero otra nueva misión les aguarda: rescatar el tesoro del rey cautivo escondido en un Madrid ocupado y sometido.
Allí, el maestro Ezequiel, un grupo de judíos asentados en Madrid y Cayetana, la marquesa de Laguardia, vivirán junto a los otros personajes una serie de tramas de intriga política, rivalidades amorosas y aventuras emocionantes que les llevarán a situaciones al límite de las pasiones humanas.
Todo ello en plena guerra y en un Madrid gobernado por un rey impuesto, José Bonaparte, conocido popularmente como Pepe Botella. Un monarca que quiso ser un buen rey y al que las circunstancias lo convirtieron en un malvado sin culpa.
El fin de la Guerra de la Independencia, en marzo de 1814, con la expulsión de los franceses de España y el retorno de Fernando VII, parece poner fin a las peripecias del capitán Zamorano y de los suyos. Pero la abolición de la Constitución nacida en las Cortes de Cádiz en 1812, la supresión del régimen liberal y la implantación del absolutismo por parte del necio Fernando VII, obliga a los protagonistas a rebelarse de nuevo para recobrar las libertades perdidas.
“El secreto del rey cautivo” es, así, una novela de aventuras, intriga y amor en la España de los primeros años del siglo XIX. La recuperación de un episodio poco recordado de la historia de España, encarnado por las peripecias de unos personajes que nos devuelven la dimensión real de unos hechos capitales del pasado de nuestro país.

 

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Algunas Críticas

“Es el 2 de Mayo de 1808, el día en que el pueblo de Madrid se subleva contra la ocupación francesa. Confieso que, leídas dos páginas, no he podido evitar acudir a la narración que de los mismos acontecimientos incluye don Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales , tal es la fuerza e intensidad de esta obra de Antonio Gómez Rufo. Y lo que en el genial autor del siglo XIX era un esbozo emocionante, aquí se desarrolla con más detalle e intensidad emotiva. El ritmo en la narración, la precisión de las descripciones, lo adecuado de sus metáforas y el acierto en la valoración de los hechos muestran no sólo la calidad literaria del autor sino también un trabajo meticuloso y tenaz. Merecido sin duda el Premio Fernando Lara 2005 que obtuvo recientemente esta novela. Fruto de ese trabajo de preparación es el acierto con que elige una frase de Cervantes, cinco años prisionero en Argel, a modo de prólogo: ” No hay en la tierra contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida”. Esta afirmación no ha de olvidarse a lo largo de la lectura de esta obra que resultará amena y enriquecedora. Sus protagonistas son guerrilleros españoles en la Guerra de la Independencia contra Napoleón y el hilo conductor el descubrimiento de un gran tesoro. Además de su emocionante narración, el principal atractivo de esta novela reside en el profundo análisis de algunos personajes esenciales víctimas de falsos tópicos. Interesantísima la imagen de José Bonaparte y Fernando VII. El uno queriendo imponer desde su formación y tradición republicana el progreso que permitía la ocupación militar y la ruptura con el antiguo régimen, y el otro, el deseado, alimentando la sublevación que le devolviese al trono y al absolutismo. La lección de lo sucedido en España al ejercito más poderoso de la época, y tan magistralmente contado en esta obra, no puede ignorarse al enjuiciar acontecimientos de actualidad en otras partes del mundo. Derrotado en sus esfuerzos José Bonaparte (“España merece que me esfuerce en convertirla en un país moderno, libre, culto y rico”), el autor, Gómez Rufo, pone en su boca esta genial descripción del carácter español de la época: “bailan desafiando, cantan amenazando, hablan vociferando…” Nunca es hora de empezar el trabajo y de inmediato es hora del descanso; si van a la guerra parece que van de fiesta, y si se trata de fiesta acuden como si empezase la guerra; las culpas propias siempre son de los demás, pero cuando parece que nada puede acabar bien, nunca termina mal”. Algo hemos cambiado, pero lean esta obra y después de sentir la emoción que provoca, díganme que hubieran hecho ustedes de otro modo.» Carlos Morenilla. LAS PROVINCIAS (Valencia) 2 julio, 2005

“El secreto del rey cautivo reúne los requisitos necesarios para alcanzar cierto éxito comercial: es una novela con premio, se une a la moda de la narración histórica –sus acciones se sitúan en plena guerra de la independencia, durante la ocupación de España por las tropas napoleónicas– y se desarrolla según el modelo de una novela de aventuras con todas sus características, como los desplazamientos de lugar, los escenarios cambiantes, la exaltación de sentimientos y pasiones –la amistad, el patriotismo, los celos, etc.–, las acciones arriesgadas y peligrosas o la conversión de los personajes en héroes ejemplares.” Ricardo Senabre. EL CULTURAL, de El Mundo.

“La novela de Gómez Rufo (…) muestra las grandes posibilidades plásticas que ofrece el experimento de llevar a la actual narrativa la gesta del pueblo español contra la invasión napoleónica. (…) Y al fondo de estas figuras y su búsqueda (…) está el drama colectivo que no concluirá con el regreso del Deseado , esa experiencia bélica que abrió nuestro siglo XIX y que narrativamente es más interesante y compleja –por menos dañada por el maniqueísmo- que la Guerra Civil de 1936, sobre la cual se ha volcado en los últimos tiempos repentina y artificialmente la producción de un buen sector de la novelística española para la cual esta novela es un saludable contrapunto”. Iñaki Ezkerra. TERRITORIOS, de El Correo Español. Bilbao.

“Rufo traza un fresco histórico, por momentos goyescos, al contar los sucesos enmarcados entre el 2 de mayo de 1808, fecha del levantamiento popular de Madrid contra los franceses, y el 3 de octubre de 1815, día que muere ejecutado en A Coruña el mariscal de campo Juan Díaz Porlier, uno de los grandes protagonistas de este relato. En esta vibrante novela histórica cobra Galicia un especial protagonismo…”. Luis Pousa. CULTURAS, de La Voz de Galicia.

”Una novela muy bien escrita, como no podía ser de otra forma tratándose de Gómez Rufo, y argumento ciertamente atractivo (…). Gómez Rufo introduce unas tramas de intriga política muy sugerentes que, enlazadas con rivalidades amorosas de lo más excitantes, enriquecen la novela hasta hacer de ella un suculento festín de aventuras, pasiones y entresijos de la Historia.” LA NUEVA ESPAÑA (Oviedo).

Esta novela de Gómez Rufo (…) cumple a satisfacción con los requisitos para crearse como novela de consumo de masas. El secreto del rey cautivo está ambientada en la Guerra de la Independencia, y reproduce en sus primeras páginas el asesinato de Manuela Malasaña, el edicto del alcalde de Móstoles llamando al levantamiento popular contra la administración que Napoleón había fijado para la dinastía borbónica, de la que la novela ofrece en su primera mitad algunas intrigas. El curso de su trama sigue en esa primera mitad la suerte de Manuel Zamorano, de su fiel escudero, Sartenes, y de su amante, Teresa, un trío que había de colaborar con el levantamiento guerrillero del que sería general Díaz Porlier, y con la misión en la que la trama de la segunda mitad de la novela se centra: el desvelamiento del lugar en que Fernando VII había dejado escondido el tesoro de la Corona, que estos héroes finalmente descubren para entregárselo. De esa forma la primera mitad de la novela sería un Episodio Nacional externo, al modo de la primera serie de los de don Benito (…) y su protagonista es el pueblo levantado. (…) Funciona como un reloj de fábrica, se le va viendo no sólo el mecanismo, sino también cada tictac suena como tiene que sonar. José María Pozuelo Yvancos. ABC de las Letras. ABC. 20-8-2005

HISTORIAS DEL MADRID DEL SIGLO XIX. Antonio Gómez Rufo, que tuvo una irrupción en la narrativa algo tardía para los usos actuales, demostró enseguida una gran capacidad fabuladora y una notable versatilidad para manejar géneros muy diversos. Se ha movido con la misma soltura en el intimismo que en la intriga o en la novela histórica, por no hablar de sus títulos, igualmente variados, dentro del ensayo. Pero la novela histórica, género al que se adscribe El secreto del rey cautivo (Premio Fernando Lara de Novela), parece recurrente en su trayectoria.

Aquí, confluye con otro tema que conoce bien: la ciudad de Madrid. Estamos en el Madrid épico y popular, violento y contradictorio (luchaba por la libertad al grito de ¡Vivan las “caenas”!) de 1808. El Madrid de Manuela Malasaña, convertida en leyenda para sus paisanos en cuestión de horas. La Guerra de la Independencia fue una alianza del pueblo y el Ejército, y Gómez Rufo subraya este aspecto en la pequeña galería de personajes que ha elegido para la novela. Sobre el fondo de la guerra, ese grupo de personajes lucha contra los franceses, mientras se embarca en una misión. Están, pues, trazados los elementos esenciales de la novela de aventuras. El autor lo narra todo con un estilo de aparente facilidad (que ya se sabe que nunca es fácil) sin renunciar a descripciones eficaces (véase el arranque de la novela), pero sin caer en el esteticismo.

Es evidente que la novela se dirige a un público amplio, pero no por ello deja de tratar con respeto al lector. Hay, por esa razón, incursiones en una emotividad que tampoco estorba en una novela de este tipo, que ensalza la amistad y los ideales. Cuenta, incluso, con algún protagonista que encaja perfectamente en el molde del personaje del donaire del teatro clásico español. Pero son concesiones que dan un tono peculiar a la novela, sin lastrarla. Y, por debajo de las aventuras, las idas y venidas de los personajes, la misión que vertebra el relato, puede verse una visión de España y su Historia. No ya, evidentemente, en la figura de Fernando VII, en la decepción terrible que supuso para los españoles y en las luchas que emprendieron contra él algunos liberales, héroes de la guerra contra Napoleón, como Díaz Porlier, sino en el papel jugado por los judíos en esta historia (la de la novela) que parece una clara metáfora del que jugaron o pudieron jugar en la Historia de España. Novela con suficientes atractivos como para encontrar a ese lector medio culto que busca. REVISTA LEER. Septiembre, 2005.

Sumergidos en su deliciosa lectura nos encontramos varias historias que representan el sentir que existía en la guerra contra el invasor francés: un pueblo desesperado ante una invasión y traicionado por la clase dirigente en la que confiaba; un rey impuesto cuyas reformas »ilustradas» nunca lo hicieron aceptable; un rey legítimo y su heredero »dominados» por un genio de lo militar, y unas partidas guerrilleras que lucharon por la libertad. Con ellos va un misterio que nos hará »reflexionar». FNAC. ximo.libros@fnac.es

“Antonio Gómez Rufo cuenta una historia de intriga a la vez que introduce elementos de la historia del país tras la muerte de Manuela Malasaña. El secreto del rey cautivo es una novela que recuerda algunos momentos galdosianos. Va a ser muy difícil que los lectores de El secreto del rey cautivo, no reparen en Benito Pérez Galdós. Muy difícil que no la asocien a La corte de Carlos IV, a Bailén, a El diecinueve de marzo y el dos de mayo, a Gerona. Porque de alguna manera, Antonio Gómez Rufo reúne en su novela indicios de que las ha leído, lo cual no significa que haya considerado necesario huir de toda odiosa comparación.” J. Ernesto Ayala-Dip. El País. BABELIA (17-09-2005)

«Gómez Rufo ha escrito una novela apasionante, deliciosa de leer, con la que aprendemos, que nos sitúa en el justo término de un período histórico que todavía sigue explicando nuestro presente. Y ha escrito una nueva novela con personajes maravillosos, con un ritmo endiablado. Una novela histórica de las que no se hacen al uso de la moda imperante. Una novela que se merecía un respaldo comercial como el que ha conquistado». Víctor Claudín. Sierra Oeste. Septiembre, 2005.

“El centro de la novela de Antonio Gómez Rufo, El Secreto del Rey Cautivo , gira alrededor de una problemática tan antigua como contemporánea: ¿Se puede justificar una invasión? Como muy bien explica uno de los personajes secundarios de la novela, Ezequiel, la coronación de José Bonaparte implicaría que los nuevos ideales de la revolución francesa llegarían a España. Pero aun cuando los nuevos valores sociales y políticos podían ser beneficiosos para el país, el pueblo español no aceptará al nuevo rey y se rebelará contra la ocupación francesa. La pregunta que plantea la novela sigue siendo vigente hoy día. ¿Una invasión es válida si se llevan unos ideales políticos justos al país invadido? La novela reivindica la figura de José Bonaparte: incapaz de llevar a cabo las reformas que deseaba por culpa de un pueblo rebelde que se niega a aceptar un rey extranjero. Ezequiel le plantea esta misma problemática al capitán Zamorano, que es incapaz de responderle. Sin embargo, la relación que se desarrollará entre los personajes principales del El Secreto del Rey Cautivo , el capitán Zamorano, Sartenes y Teresa, dará cierta respuesta a esa pregunta. A través de la historia vamos conociendo a unos personajes que se van transformando hábilmente en metáforas de la contradicción social en que se encuentra la España del momento, entre el impulso y el deseo de la modernidad y la fidelidad a ciertos valores tradicionales y nacionalistas. El lector va vislumbrando cómo cada uno de estos personajes representa uno de los sujetos históricos que tomarán voz con la modernidad -la burguesía, la clase baja y la mujer-. Sin embargo, parece decirnos Gómez Rufo, en España esta revolución social tardará más en llegar, porque esos mismos sujetos fueron incapaces de resolver el conflicto entre sus sentimientos nacionalistas y los cambios que venían impuestos desde afuera. Gómez Rufo toma un asunto de la historia española y lo universaliza. Nos confronta así con la pregunta de si es posible y válida la modernización abrupta de un país cuando ésta se realiza por medios ilegítimos.” Marta López-Luaces (Catedrática Montclair University. New York (EEUU) Octubre, 2005.

“Gómez Rufo ha querido, como en su momento hizo Pérez Reverte con ‘Cabo Trafalgar’, volver a la novela histórica de clara raíz galdosiana, es decir, la de pergeñar una intrahistoria, como diría Unamuno, en esa otra que se escribe con mayúsculas y que, las más de las veces, no es más que la crónica interesada del ganador. Cuando casan las dos el resultado es fascinante, como ocurre en muchos de los Episodios galdosianos, en el ciclo de Avinareta o la trilogía de Las guerras carlistas. En esta que nos ocupa sobresale, por encima de todo, la trascendente enormidad del tiempo en que el autor hace transcurrir la historia, nada menos que las guerras napoleónicas, la posterior subida al trono de Fernando VII y la imposición de un absolutismo de tan graves consecuencias que bien puede decirse que fue por aquellos años por los que nos jugamos la suerte de un modelo de Estado que ha estado coleando hasta antes de ayer. Por eso, los avatares del liberal Manuel Zamorano, de Sartenes, su correligionario, de Teresa, su esposa, y su hijo Manuel, representan, en cierta forma, los anhelos de libertad y modernización de una España que muchas veces tuvo que elegir entre la solución menos mala y la peor. De ahí la extraña sensación de rabiosa melancolía que recorre el libro y que la partida hacia Chile con que finaliza éste no la haga menos soportable. De este espíritu de la tradición liberal está llena la novela, lo que no deja de ser un regalo en tiempos en los que lo que manda es el anacronismo. Y digo que esa elección entre lo menos malo y lo peor es fundamental a la hora de entender no solamente el espíritu que recorre la novela sino que, ajustando un poco el ángulo de visión, podríamos con él realizar una panorámica de la Historia más reciente. Gómez Rufo nos imbuye en uno de los episodios más tristes de nuestra Historia moderna, la de aquella generación que tuvo que elegir, sin saberlo, entre dos despotismos, el del Antiguo Régimen y el del Imperio napoleónico, con todas las desgracias de la tiranía modernizada. Bien es verdad que el autor, al final de la novela, introduce cierta luminosidad, cierta esperanza, en el exilio americano, como si allí pudiese hacerse realidad lo que aquí era imposible. Nueva Jerusalén que traza un paralelismo entre los anhelos de nuestros liberales y la de los progresistas del resto de Europa.” Juan Ángel Juristo. Revista LA CLAVE. Octubre, 2005.

Texto de la presentación.

SOBRE EL SECRETO DEL REY CAUTIVO, por Ángeles Caso

Uno de los cuadros más prodigiosos de toda la historia de la pintura es sin duda alguna el de “Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 en Madrid”, de Francisco de Goya, un cuadro que, estoy segura, conocen todos ustedes perfectamente: las siluetas sin rostro de los soldados de Napoleón, la desesperación de quienes observan impotentes las ejecuciones, los cadáveres desangrados sobre la tierra, y el miedo lleno de valentía y orgullo de ese hombre que, en el mismo instante, va a ser fusilado, el ilustrísimo descamisado anónimo de Goya, el héroe resplandeciente y también derrotado.

Otra de las obras prodigiosas de Goya es el retrato de “La familia de Carlos IV”, donde el rey y sus acompañantes son representados cubiertos de sedas, damascos, terciopelos, bordados en oro, y casacas recubiertas de cruces y medallas a toda clase de méritos, méritos que sin embargo parecen desmentir sus caras y actitudes anodinas, mediocres, la boca desdentada de la reina María Luisa, la vacuidad del gesto de Carlos IV, la soberbia astuta y maliciosa del infante Fernando, luego Fernando VII.

Entre esas dos historias narradas de manera magistral por Goya, entre el resplandor sobrehumano de su humanísimo descamisado y el falso resplandor de oropel de los regios muñecos de cartón-piedra del Palacio Real de Madrid, transcurre esta novela, este Secreto del rey cautivo de Antonio Gómez Rufo. Entre esas dos historias, la del arrojo a la desesperada del pueblo español y la de la cobardía y la traición de aquellos Borbones, transcurren otras muchas historias que también Goya narró una y otra vez en otros muchos cuadros y grabados, historias que nadie aún ha acabado de transcribir del todo, de iluminar completamente por estar llenas de falsos mitos y de contradicciones, historias de afrancesados y liberales, de conservadores y absolutistas, de defensa de unos principios y de los opuestos, de vendidos y de compradores, de gentes honestas equivocadas y de gentes deshonestas acertadas (y lo contrario), de bienintecionados y de desaprensivos, de patriotas y de patrioteros, de curas y de anticlericales, de revolucionarios y contrarrevolucionarios, de consecuencias nefastas si “sí” a los franceses y de consecuencias nefastas si “no” a los franceses; y, al fin y al cabo, de hambrientos y miserables, de heridos y torturados y ejecutados y muertos y más muertos –mientras otros obtienen a su costa dinero y prestigio y poder- que son las historias de todas las guerras (los desastres de la guerra, que dijo también Goya), las historias de cualquier guerra, y de esa guerra de la Independencia en particular de la que se habla en esta novela.

Creo que, como tantas buenas novelas, El secreto del rey cautivo ofrece diversos niveles de lectura y de interpretación. Se puede leer y disfrutar como una apasionante novela de aventuras, las vueltas y revueltas, las luchas, huidas y búsquedas de un grupo de personajes que participan en la Guerra de la Independencia, en aquel levantamiento popular, anárquico y desorganizado pero también valiente y, a la larga, victorioso, que alzó contra los franceses al pueblo español –hombres y también mujeres-, privado no sólo del rey sino de las principales figuras e instituciones del gobierno. Se puede leer como una interesante novela histórica, en la que se reconstruye el ambiente de las partidas de guerrilleros –a los que las autoridades llamaban bandidos-, el de la vida cotidiana en el Madrid de las clases populares de aquel agitado comienzo del siglo XIX, pero también el de los palacios de la alta aristocracia y, sobre todo, el del entorno de la corte o, mejor dicho, de las dos cortes, la de José Bonaparte, el rey francés instalado en España, y la de Carlos IV y Fernando VII, los reyes españoles secuestrados –o refugiados, según se mire- en Francia. Una novela histórica en la que se entremezclan personajes reales, como esos tres reyes en danza en torno al trono de España, Manuela Malasaña, o el valiente y desgraciado general Díaz Porlier, ejecutado por Fernando VII después de haber arriesgado su vida durante años por él y por su regreso al poder, con personajes de ficción, hechos verídicos, documentados, con acontecimientos imaginarios (aunque, eso sí, verosímiles). Pero también se puede leer como una novela de contenido político y social, una novela que refleja la lucha de un sector del pueblo español por crear un país moderno, un país respetuoso de la libertad y de los derechos de los ciudadanos, un país más culto y más justo y más equilibrado socialmente. Esa lucha que fue la de los poquísimos heterodoxos del XVI y el XVII, la de los escasos ilustrados del XVIII, la de los liberales del XIX, y también la de los republicanos del XX, esa lucha una y otra vez traicionada y derrotada por el intenso oscurantismo español, por los sectores más lúgubres y cínicos y crueles del conservadurismo que durante tantos siglos ha azotado como una plaga este pobre país nuestro. Antonio Gómez Rufo alza así en su novela la voz, detrás de ese escenario de aventuras y amores que se desarrollan en un contexto histórico determinado, a favor de los hambrientos, los analfabetos, los miserables, a favor también de quienes tanto, tan desesperadamente y tan desdichadamente lucharon por una España mejor, la España que debería haber recibido la luz de la razón y la sabiduría y la libertad -la luz que ilumina al descamisado de Goya- y que, en cambio, recibió casi siempre la luz falsa de los oropeles de los regios muñecos, las sombras sin rostro de los cobardes ejecutores, la ambición engañosa y traicionera de aquel rey Fernando VII por el que tantos dieron la vida.

El secreto del rey cautivo es una interesante novela, escrita con cuidado, con mimo, con empatía y hasta con ternura hacia los personajes, a través de los cuales aparece así -con lo grande y lo pequeño, lo acertado y lo equivocado, lo infortunado y lo dichoso- la vida, que es, al fin y al cabo, la única y verdadera materia de toda buena novela.

Ángeles Caso

Texto de la presentación de la novela. Madrid, 9 de junio de 2005.

 

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